Marie-Antoine Carême (1783-1833).

foro temático sobre la historia de la cocina y gastronomía, sus figuras más relevantes, curiosidades históricas y costumbres propias de pueblos y civilizaciones

Moderator: el_lobo

Post Reply
User avatar
chefwww
Administrador del foro
Posts: 2774
Joined: Sat 15 Feb, 2003 15:16
Location: Barcelona
Contact:

Marie-Antoine Carême (1783-1833).

Post by chefwww »

Enviado por lobo

Marie-Antoine Carême… rey de los cocineros (1783-1833).
Image Foto de un grabado de A. Carème

Si en el mundo de la cocina y los cocineros hay alguien que merece destacar, uno de ellos es, sin duda, Antonin Carême. Con él se puede decir que termina una época en la cocina y empieza otra. Con él nace la cocina moderna y la hegemonía de la cocina francesa.

Marie-Antoine Carême nace en París en el año 1783. Hijo de una familia numerosa (entre 14 y 20 hermanos, según las distintas fuentes) y sumida en la miseria, es el menor de todos ellos. Debido a las dificultades económicas de la familia, su padre se ve obligado a abandonarle en las calles de París, a la edad de 10 años, diciéndole de una forma u otra búscate la vida. Este suceso marcaría la trayectoria del futuro genio de la cocina.

Bien por azar, bien por instinto, sus pasos fueron a dar a una venta o taberna donde se servían comidas. Acogido por el dueño, allí empezó su aprendizaje y tuvo los primeros contactos con la cocina. Movido por sus ansías de aprender y con el deseo de obtener una formación completa a la edad de 15 años entra como aprendiz en Chez Bailly, quizás la mejor pastelería de París por aquel entonces, y dos años más tarde era su primer operario. Viendo sus grandes cualidades el maestro le da permiso para ir asiduamente a la Biblioteca Nacional y Gabinete de grabados en acero, de donde copiaba numerosos dibujos y bocetos arquitectónicos que más tarde ejecutaba en piezas montadas. Acudía como extra a las principales fiestas que se daban en París donde vigilaba los buffets y exponía sus piezas montadas, teniendo gracias a ello contacto con los grandes cocineros de la capital, que le desvelaban parte de sus conocimientos.

En el año 1801 abandona la casa Bailly para entrar a dirigir otra casa de importancia, la de los herederos de Gendron. Al año dejó el puesto para dedicarse a trabajar solamente como extra. En el año 1804 abre su propio negocio, con una gran clientela, que mantiene hasta 1813. Durante esa época mantiene contacto con los cocineros más prestigiosos entre ellos Bouchet, cocinero de Tayllerand, y Laguipierre jefe de cocina de Murat a quien Carême consideró su maestro en más de una ocación. También realizó grandes trabajos en las Tullerias, en los Campos Eliseos y de forma continuada para el príncipe de Tayllerand, extraordinario gastrónomo y de un paladar exquisito. Fue cuando estando al servicio de este, el zar Alejandro emperador de todas las Rusias, quiso visitar las cocinas del Palacio, al entrar en ella todos los que allí estaban se descubrieron, a excepción de Carême, el zar enojado preguntó ¿quien es ese insolente?, a lo que Tayllerand respondió: la cocina, su majestad. Poco tiempo después es el jefe de las cocinas del zar en el Eliseo.
En 1816 entra al servicio del Príncipe de Gales, el futuro rey de Inglaterra Jorge IV. En 1818 es reclamado de nuevo por el zar Alejandro, que se lo lleva como cocinero jefe a Aquisgrán durante un congreso internacional. Después de esto se traslada a Viena al servicio de Lord Steward, embajador britanico, durante el Congreso de Viena Carême tiene ocasión de demostrar el riguroso sentido de organización que posee dando tres banquetes en tres días, lejos de la capital y con bastantes dificultades de aprovisionamiento. En 1819 es llamado de nuevo por el zar para que se hiciera cargo de sus cocinas en San Petersburgo, pero por diversas circunstancias, entre ellas la desconfianza y que olisqueaban y metían mano en todo lo que hacía volvió a París sin llegar a tomar posesión efectiva del cargo.
De nuevo en París entra al servicio de la princesa de Bragation. Nuevamente es llamado por lord Stewart para que se hiciera cargo de sus cocinas en Viena. Cuando este se retira a Londres entra al servicio del embajador austriaco en París, el príncipe Sterhazy, hasta 1823. De allí pasa a la casa de los Rotschild, en la que permanece durante seis años, hasta 1829, fecha en la que da por terminada su carrera.
A partir de entonces se dedica a escribir, a sus estudios científico-gastronómicos y a recibir y aconsejar a sus alumnos. Quizás debilitada su salud, por los celos y continuos ataques de críticos y compañeros de profesión se ve obligado a guardar cama, y su vida se ve truncada un día de enero de 1833 mientras explicaba a uno de sus alumnos como corregir un plato que le había preparado.

Carême fue un hombre tremendamente culto, y, junto con la cocina y la arquitectura se dedicó a otra de sus pasiones… la de escribir. Entre sus obras cabe destacar: Le patissier royal parisien, obra en dos volúmenes, Le patissier pittoresque; ambas obras ilustradas por el propio autor. Le maître d’hotel français, en dos volúmenes; Le cuisinier parisien; y su más ambiciosa obra L’art de la cuisine au XIX siêcle, obra en cinco volúmenes de los cuales los dos últimos fueron terminados por sus alumnos gracias a las notas de su amigo Plumeray. En sus libros de cocina son abundantes las observaciones y aclaraciones sobre técnicas y recetas. Como escritor fue bastante prolífico y no sólo escribió sobre gastronomía sino que también publicó algunas obras sobre arquitectura.

Carême es el verdadero maestro en el arte de los bufés. Según palabras de Néstor Luján “Carême sabía excitar el apetito y renovar, por la belleza de su presentación, el orden y la sucesión, medida y suntuosa, de los platos, de los más suntuosos banquetes... Para el gusto de hoy, la escenografía de la mesa y la riqueza de sus condimentos, hacen difícil pensar que Carême fuera considerado en su época como un simplificador. Pero evidentemente lo fue,…”. Carême es pionero en diferenciar las decoraciones de platos calientes y platos fríos.
Aunque ya existían de antes, es el primero en teorizar sobre las técnicas del braseado y salteado, términos que no son exactamente iguales para lo que hoy día conocemos; el braseado para Carême guarda más similitud con lo que actualmente conocemos por esa técnica, pero sin embargo el salteado era para él, un jugo concentrado resultante de la cocción prolongada de este y pasado por un colador, y que sirve para enriquecer el sabor de las piezas cocidas en él.
Antonin era, sobre todo, un gran pastelero y un gran salsero, como ejemplo de compenetración de estas dos categorías podemos citar su magistral receta de volován a la financiera, creo poder afirmar que fue el creador del volován. En una época en la que se multiplican las salsas, Carême, fue el primero en teorizar sobre ellas y realiza una clasificación de las grandes salsas, a partir de las cuales se pueden elaborar infinitud, para él eran cinco: española, velouté, bechamel, alemana y la salsa de tomate.

Carême, además, trabajo enormemente para dignificar el trabajo de sus compañeros de profesión, para mejorar la higiene en las cocinas e introdujo cambios en la uniformidad, así como la creación de nuevos utensilios de cocina diseñados por él.

Fue criticado por muchos, que le reconocieron después de su muerte. Pero él a su vez, también lo fue, sobre todo con los críticos de cocina, en especial con B. Savarin, a los que recriminaba que escribieran sobre cocina sin ser verdaderos prácticos en el arte.


Algunas observaciones, de Carême, extraídas de uno de sus libros:

Sobre el cocido:
“Por medio de este calor templado el cocido espuma lentamente…, o sea la parte más sabrosa de la carne, al disolverse poco a poco, comunica unción al caldo… Por el contrario, si la marmita se coloca sobre un fuego demasiado fuerte, la ebullición se precipita, la albúmina se coagula y endurece… y no se obtiene para comer sino un hervido duro y un caldo sin sabor”

Sobre la farsa para rollos y quenelles:
“He aquí otra de las cosas que he mejorado sensiblemente al suprimir la clara de huevo montada… y sustituirla por bechamel…la clara de huevo no podía comunicar al rollo durante la cocción sino un abotargamiento que cesaba al escurrirlo sin darle muelle alguno. La adición de la salsa bechamel, por el contrario, le confiere delicadeza, sabor y perfección. Mis colegas que tenían por costumbre cocinar de esta antigua forma pronto se darán cuenta de la diferencia…”

Sobre los potajes:
“Es necesario agregar una punta de azúcar en los potajes de raíces y legumbres para atenuar su acritud y hacerlos más agradables”


Sobre los… (a los que sientan más curiosidad les recomiendo la lectura de uno de sus libros)


Y con esto termino, por el momento, una breve semblanza del que fuera considerado el rey de los cocineros y cocinero de reyes, y el más grande cocinero que en el mundo ha sido y será.

Saludos.




Bibliografía consultada:
-El gran arte de los fondos, caldos, adobos y potajes. M.A. Carême. Ed. Tusquets
-Historia de la gastronomía. H.Schraemli. Ed. Destino
-Historia de la gastronomía. N. Luján. Ed. Folio
-Historia de la cocina y de los cocineros. E.Neirinck y J.P. Poulain. Ed. Zendrera Zariquiey
-Historia de la cocina occidental. C. Azcoytia. Ed. adamRamada
Visita http://www.chefuri.com .Tu portal gastronómico!!!!!
Blog chefuri: http://blog.chefuri.com
Galaxiacocina.com (¡nuevo proyecto!) http://www.galaxiacocina.com
Post Reply