1/4 Kg. de queso fresco rallado
1 taza de leche evaporada. Si no se tiene leche evaporada, pero si leche en polvo, poner en la batidora y batir 3/4 de taza de agua tibia y 10 cucharadas de leche en polvo
1 taza de azúcar. Puede ser morena
4 huevos, separadas claras de yemas
4 cucharadas de harina de maíz o 4 1/2 cucharadas de maicena
aroma de vainilla, apto para celíacos, al gusto
1/8 cucharadita de sal
1/8 cucharadita canela molida apta para celíacos
nuez moscada, rallada de la nuez, al gusto
Retirar las semillas y la tripa de la calabaza si la tiene. Limpiar bien la corteza. Partirla en trozos de unos 10x10cm, envolverlos en papel de aluminio, ponerlos sobre una rejilla y ésta sobre un molde que pueda ir al horno. Cocinar en horno precalentado a 180ºC hasta que se sientan blandos al introducir un palillo. Retirar el horno, abrir los paquetes (con cuidado por el vapor) y retirar la pulpa con una cucharilla. Con la ayuda de la batidora, hacer un puré. Deben obtenerse dos tazas de puré, que es la cantidad a utilizar. Dejar enfriar.
Unir la harina de maíz con la canela y la nuez moscada. Mezclar bien y reservar.
Añadir al puré de calabaza, mezclando con cuchara de palo o batiendo, el queso, el azúcar, la sal, las yemas y la leche a la que se habrá agregado la vainilla. Unir bien. Agregar luego la mezcla de harina y remover hasta que todo se haya integrado perfectamente.
Batir las claras a punto de nieve. Agregar a la preparación de calabaza con movimientos envolventes. Poner en un molde engrasado y hornear en el horno que ya está precalentado durante aproximadamente 1 hora o hasta que el palillo salga limpio.
Retirar del horno y desmoldar.
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Dejar que enfrie y guardar en refrigeración. Puede cubrirse con merengue o bañarse con miel.
