BACALAO, CEBOLLA, PIMIENTO ROJO, LAUREL, PIMENTÓN, ACEITE,
REHOGAR PIMIENTO, CEBOLLA LAUREL ,UNA VEZ TODO BIEN REHOGADO AÑADIR UNA CUCHARADITA DE HARINA Y UNA CUCHARADITA DE PIMENTON.
MOJAR CON EL AGUA DEL BACALAO (REMOJO)
COLOCAR EL BACALAO EN LA SALSA CON LA PIEL HACIA ARRIBA, MOVER PARA QUE NO SE PEGUE, AÑADIR UN MACHACADO DE AJO Y PEREJIL.
TIENE QUE DAR UN HERVOR SUAVE Y CORTO
CANTIDADES NO LAS PONGO, LO HACEMOS A OJO, PERO NO ES DIFICIL ADIVINAR MAS O MENOS, DEPENDENDO DE LA CANTIDAD DE BACALAO.
A PESAR DE LO SENCILLO A MI ME ENCANTA
MUCHAS VECES LO SENCILLO, ES LO QUE MAS BUENO ESTA, Y ESTE ES UN CASO. SALUDITOS COCOLISA
BACALAO ESTILO MADRE
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- olmar
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Mientras mas sencillo y con menos ingredientes, mejor que mejor, siempre que sea rico. Y esto lo parece.
Si tengo que perder dos horas picando cosas y otras tantas mezclando y demas, prefiero no hacerlo. A menos que se trate de uno de esoso platos super tradiconales en los que ya sabes vas a tener que trabajas tres días de sol a sol. Como es el caso de las hallacas. Pero resulta que en Venezuela todos estamos convencidos de que "la mejor hallaca es la que hace mi mamá" Asi que la primacía la tienen las recetas familiares.
Pero cuando uno está practicamente seguro que los 24 y 31 de diciembre, a las 12.30 pm practicamente todos los venezolanos, blancos, negros o cafe con leche, pobres o ricos, caraqueños, maracuchos o orientales, estamos sentados a la mesa comiendo la misma cosa, las dificultades se convierten en desafió y la voz de la tradición se hace obedecer
Si tengo que perder dos horas picando cosas y otras tantas mezclando y demas, prefiero no hacerlo. A menos que se trate de uno de esoso platos super tradiconales en los que ya sabes vas a tener que trabajas tres días de sol a sol. Como es el caso de las hallacas. Pero resulta que en Venezuela todos estamos convencidos de que "la mejor hallaca es la que hace mi mamá" Asi que la primacía la tienen las recetas familiares.
Pero cuando uno está practicamente seguro que los 24 y 31 de diciembre, a las 12.30 pm practicamente todos los venezolanos, blancos, negros o cafe con leche, pobres o ricos, caraqueños, maracuchos o orientales, estamos sentados a la mesa comiendo la misma cosa, las dificultades se convierten en desafió y la voz de la tradición se hace obedecer
Dios los cría y ellos se juntan, al calor de virtuales fogones y de compartidas recetas