Ingredientes:
4 cucharadas de azúcar para el caramelo
6 huevos
6 cucharadas de azúcar
1 litro de leche (mejor entera, pero se puede utilizar semidesnatada o desnatada)
Yo prefiero hacerlo al baño María en el fuego a hacerlo en el horno, es más sencillo y se puede ir comprobando con más facilidad.
Ponemos en una cacerola o flanera el azúcar y lo ponemos al fuego, no fuerte. Con la ayuda de una brocheta de madera, vamos removiendo para que el caramelo se haga mejor. Yo utilizo una cacerola a la que le he quitado las asas cuando hago un flan grande, o sino una flanera cuando es más pequeño, pero si no tenéis flanera podéis hacerlo con una cacerola. Una vez hecho vamos bañando las paredes del recipiente a una altura de unos 2 cm aproximadamente como podéis ver en la foto.
A continuación cascamos los huevos en una jarra o vaso batidor, añadimos el azúcar y la leche y batimos hasta que quede todo bien mezclado.
Volcamos la mezcla en la flanera, pero antes la tendremos ya puesta dentro de otra cacerola un poco mayor y con dos dedos de agua aproximadamente. Tapamos ambos recipientes con sus tapaderas correspondientes.
Ponemos al fuego una media hora, no debe de estar muy alto, medio-bajo mejor, para que vaya haciéndose lentamente.
Comprobamos si está hecho porque aunque se mueve “como un flan”, valga la redundancia, y sin embargo vemos que está listo al presionar con el dedo. No obstante, cuando se enfríe estará más cuajado.
Hay que tener cuidado de no pasarse ni en tiempo ni en fuerza del calor, porque entonces quedaría así, como la foto siguiente, aunque se puede comer perfectamente, no le pasa nada, pero no queda bonito. Hice uno pequeño para que se viera.
Antes de desmoldarlo es mejor pasar un cuchillo romo alrededor de las paredes de la flanera, así saldrá con más facilidad, es sólo por si acaso.
Se puede adornar como más os guste, con nata, con unas guindas, se pueden hacer flanes individuales (éstos mejor en el horno), o solo, lo importante es el flan.
